Identificar las partes más importantes del documento frente a las que son menos relevantes, la clave
Leer la póliza de cualquier seguro puede resultar una gran aventura. No precisamente porque sea una actividad entretenida, sino por la inversión de tiempo que suele requerir, el grado de atención que hay que prestar y el esfuerzo de comprensión que implica una terminología muchas veces confusa, técnica y farragosa.
Casi nadie se lee la póliza
Frente a tal panorama de ‘diversión’, la mayoría de los tomadores de seguros escoge no revisar el contenido de su póliza. A pesar de que sea la actitud más extendida, no leer el citado documento conlleva ciertos riesgos. A fin de cuentas, en caso de producirse un accidente o imprevisto, puedes encontrarte con una sorpresa desagradable y no verte cubierto en un supuesto sobre el que él mismo se creía protegido.
Los puntos básicos, el mínimo
Si quieres evitar esos incidentes, obviamente, lo más recomendable es echarle paciencia, llenarse de ganas y revisar la póliza en su conjunto, punto por punto. Sin embargo, aunque ése es el mejor consejo y el que debería de tenerse en cuenta, lo cierto es que rara vez se hace.
Si es tu caso y te niegas a leerte semejante ‘tocho’ en un lenguaje que ni siquiera entiendes del todo, hay una solución, buscar un punto intermedio entre leerlo todo y no leer nada. En este sentido, el mínimo será identificar las cuestiones del documento que son más relevantes, leerlas con calma y entendiéndolas, y revisar por encima, o ni tan siquiera hacerlo, las partes más formales, la ‘paja’, el ‘rollo’.
El contenido clave de la póliza del seguro
A pesar de que cada seguro tiene unas ciertas especificidades, todas las pólizas de seguros guardan estructura genérica que se repite casi sistemáticamente. Es la siguiente:
- Definiciones. Este punto abre la póliza y en ella se define la figura del tomador y otros términos técnicos que después se repetirán a lo largo del texto. En caso de que tengas dudas de alguna palabra, aquí encontrarás su significado.
- Condiciones generales. El objeto del seguro o los supuestos que se incluyen o que se excluyen de manera explícita, por ejemplo, forman parte de las obligaciones del compromiso entre las partes.
- Condiciones particulares: nombre, apellidos y otros datos identificativos del asegurado y/o del beneficiario, denominación de la compañía, montante de las indemnizaciones que recibirá el primero en caso de compensación, duración en el tiempo de la coberturas y las especificaciones de las mismas.
- Condiciones especiales. En esta especie de ‘cajón de sastre’ figura toda cuestión que se salga de lo habitual, así como se especifica aquello no incluido en los apartados precedentes.
Bonificaciones y penalizaciones
Dos ámbitos de especial importancia completan el panorama general esbozado en los tres puntos anteriores: las penalizaciones que le puede imponer la compañía y las bonificaciones de las que puedes sacar provecho.
Las penalizaciones aparecen cuando el asegurado remite un número determinado de partes a la compañía, considerando ésta que es excesivo. El resultado suele ser un incremento en el precio de la póliza.
Por su parte, las bonificaciones son las rebajas en la tarifa del seguro que las empresas fijan para aquellos clientes que no presentan partes o que pasan pocos -básicamente, los menos problemáticos- y también para los más fieles, aquellos que más tiempo llevan trabajando con la compañía.
En último lugar, es preciso destacar que la ley especifica de manera nítida que las cláusulas de una póliza carecen de validez si existen condiciones lesivas para el cliente. De hecho, en caso de que éstas figuraran en el documento, la firma en el mismo podría incluso ser insuficiente para que el cumplimiento de su contenido fuera exigible, pudiendo llevar la disputa ante un juez si así lo considera el tomador del seguro.
Contar con la ayuda de un corredor de seguros puede evitarte muchos quebraderos de cabeza, empezando por el de tener que leer la póliza. Un buen corredor de seguros resolverá tus dudas sobre cualquier aspecto del contrato de seguro y te asesorará sobre qué coberturas necesitas de verdad y cuáles no.
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