Avería, robo, colisión, atropello… Muchas son las situaciones en las que puedes verte envuelto mientras pedaleas, la mayor parte de las cuales puede quedar cubierta por una póliza específica para bicicletas
Si te gusta pedalear sobre dos ruedas sabrás que las amenazas tanto para el ciclista como para la bici son casi siempre las mismas. Aunque en ocasiones muy dañinas, se engloban básicamente en dos grupos: los accidentes y los perjuicios que pueda sufrir la bici. En el primero pueden verse afectados el ciclista y/o el vehículo, y pueden ser caídas, colisiones, atropellos como sujeto activo (al golpear a un peatón, por ejemplo) o pasivo (el alcance de un coche). Mientras que en el segundo suele salir perjudicada únicamente la bici, sea por avería, sea por robo o vandalismo.
Salir a anda en bici, una lotería
Librarte de uno de estos incidentes depende de múltiples factores: de dónde y cómo guardes la bici, de tu pericia como ciclista, de los lugares por los que circules, de las maniobras que realicen otros usuarios que comparten la vía contigo, de las maniobras que realices tú, del clima y hasta de la suerte que tengas, en otros aspectos. Con lo que, si bien es casi imposible evitar estos episodios de forma permanente, sí puedes protegerte contra ellos. ¿Cómo? Pues, aunque parezca una obviedad, contratando un seguro para tu bici. ¿Por qué? Pues porque es fácil y barato encontrar una póliza que te cubra en todos los supuestos mencionados.
Cinco formas en las que tu seguro de bici puede ayudarte
Como es lógico, el seguro para la bici conlleva un gasto, pero, dado el gran crecimiento de usuarios de aquélla en los últimos años, las aseguradoras han apostado fuerte por el sector y existen ofertas muy atractivas que merecen la pena. Para que te hagas una idea de las posibilidades que ofrecen los seguros de bicicleta, te contamos cinco maneras en la que estas pólizas pueden resultarte realmente útiles.
- Si causas daños a otros usuarios de la vía al circular. La cobertura de responsabilidad civil cubre, en general, hasta los 150.000 euros. Gracias a ella tendrás la seguridad de que, en caso de cualquier incidente en el que perjudiques a alguien o a algún elemento físico, la aseguradora responderá.
- Si te quedas tirado en plena ciudad o en medio de la nada. Los seguros de motos o coches incluyen en la inmensa mayoría de los casos la asistencia en carretera. Es decir, que, si un conductor o un piloto sufre un percance (avería, accidente,), el seguro envía a un mecánico o una grúa para que lo auxilie. En el ámbito de los ciclistas existe una figura similar de asistencia, que puede incluir el transporte de tu bici a un taller o de ti mismo a un centro hospitalario de ser necesario. Como en tantos otros casos, te merecerá la pena contratar esta cobertura o no en función del uso que hagas de tu bicicleta y del valor económico de la misma. Si te decides, revisa la ‘letra pequeña’ de la póliza, tal y como siempre recomendamos. Fíjate en si hay una distancia máxima desde tu casa para recibir asistencia o si no hay tal límite, qué supuestos cubre el seguro (colisiones, caídas, averías, etc.) o si añade el citado traslado de vehículo y ciclista.
- Atención médica u hospitalaria. Enlazando precisamente con el punto anterior, ciertos seguros para bicis se hacen cargo de los gastos médicos sufridos como consecuencia de un accidente o de una caída. Atención básica, paso por el quirófano o hasta sesiones de rehabilitación para el accidentado son algunas de las opciones.
- Daños en la bici. Si tienes la mala suerte de que algún ‘gracioso’ se cebe con tu bicicleta causándole daños -lo que se conoce como vandalismo-, el seguro te indemnizará parcial o totalmente sobre la tasación de tu vehículo. Ante esta cobertura debes analizar el riesgo existente en los lugares en los que sueles guardar o aparcar tu
- Sustracción de la bici. Si hay algo que pueda causar un disgusto a un amante de la bici, es que se la roben. La faena de que haya desaparecido no podrás evitarla, como se apuntaba líneas arriba, pero lo verás de otra manera si te compensan por la sustracción, incluso restituyéndote la bici.